Honrando el pasado. Creando el futuro

Honrando el pasado. Creando el futuro

Hace unas semanas, durante varias noches de insomnio por el jetlag al regreso de California, disfruté de un tiempo precioso de contemplación sobre lo que ha traído este año y sobre hacia donde quiero apuntar mis flechas en el 2018.

Personalmente, después del accidente y las lesiones que tuve el año anterior, éste ha sido un año de recuperación, de sanación profunda, de crecimiento y transformación y de inmenso aprendizaje. He sentido en mi propio ser como el yoga ayuda a que las heridas se transformen en sabiduría, el dolor en compasión; que la felicidad es un proceso y no un estado final; que la vida a veces parece una broma de mal gusto, pero que es mejor reírse, y que las situaciones más complicadas te llevan a encontrar hermosos tesoros escondidos dentro de  tí. Mi tema para el 2017, Transmutación, ha estado siempre presente.

A principios de febrero, unas semanas después de levantarme de la cama, mi perra Ananda y yo nos embarcamos en el viaje de vuelta a Marruecos para enseñar una Formación de Profesores que había tenido que suspender dos veces. Sincrónicamente, un taller de sanación que deseaba tomar, tenia lugar en Vejer de la Frontera, justo el día que pensaba pasar por allí. Una parada en el camino para limpiar y empezar una nueva etapa después de haber visitado el inframundo durante unos de los más difíciles meses de mi vida.

La Formación en Marruecos fue todo un reto, físico y mental, muy limitada en mi práctica de asana, con las piernas débiles y una sala de yoga en un cuarto piso. Tambien fue muy enriquecedora a nivel emocional. En el grupo, formado por yogis de distintos lugares del mundo, se creó una verdadera sensación de kula, de comunidad, y fue muy alentador recibir comentarios de como había sido una inspiración enseñar yoga desde el corazón más que desde el cuerpo.

Al recordar estos momentos, tengo la sensación de que han ocurrido hace años. Pero fue sólo hace 10 meses. El tiempo es tan relativo y está tan relacionado con la intensidad con la que se vive.

Este año ha pasado muy rápido pero con cierta dosis de eternidad. He pasado tiempo junto al mar. He viajado enseñando a varios lugares, entre ellos San Sebastian donde me siento en casa con la maravillosa kula del Norte. Me he reencontrado con la comunidad de Anusara yoga en Samavesha, donde fue muy emocionate enseñar ante 100 personas. He cultivado amistades muy especiales.  Ha habido momentos de gran frustración por no poder hacer todo lo que quería con mi cuerpo. Me he maravillado ante su capacidad sanadora y regeneradora, y he aprendido a crear una nueva relación con él y con mi práctica de yoga. He visto como dos perros atacaban a Ananda y he pasado días y noches cuidándole.

Entre los aspectos más destacados de este año están mis estudios con Paul Muller-Ortega, un gran maestro, los retiros de silencio en el desierto y las nuevas prácticas poderosas, mantras y mudras que he aprendido. Por muchas razones, California se ha convertido en uno de mis hogares en este planeta. Los estudiantes que me han acompañado en distintos cursos y retiros han conquistado mi corazón. He recorrido lugares sagrados ancestrales y mágicos en Avalon con mi querida Sianna Sherman. He profundizado en mis estudios de Rasa Yoga con ella. 

He visitado y revisitado lugares internos de dolor para sanarlos. He visto atardeceres sobre mares y océanos de diferentes continentes. He participado en la Certificación del Foundation Training, un sistema de alineamiento muy inteligente del que me oireis hablar más y con el que espero ayudar a mucha gente. He visto montañas arder como si fueran volcanes y me he sentido sofocada por el humo. He agradecido el poder respirar aire puro y ver el cielo. He surfeado de nuevo en la Bay, aunque las olas fueran pequeñitas. Me he instalado en Madrid con Ananda y la vida me ha vuelto a regalar vistas al atardecer desde mi casa. He pasado mucho tiempo con mi familia y he visto lo que parecía imposible: mi madre enamorada de mi perra. He recibido terapias sanadoras. He comenzado mi primera Formación Avanzada de Profesores de 300 horas con un grupo de yogis muy dedicados y con invitados muy especiales. . … wow…. Podría seguir y seguir.

Lo que no he hecho últimamente es escribir en mi blog y estar muy activa en los medios sociales. Y esa es una de mis intenciones para el próximo año. ¡¡¡Que dilema!!! Cuanto más plenamente vivo menos tiempo tengo para mi móvil y mi ordenador. Pero así son los tiempos en que vivimos. Hay que participar de la realidad «real» y de la virtual, que nos mantiene conectados sin importar el tiempo y el espacio.

De hecho hay algo que tengo pendiente. Este año he celebrado un cumpleaños muy especial. Medio siglo dando vueltas al Sol sobre este maravilloso planeta. Recibí un montón de felicitaciones en Instagram y Facebook, y no pude agradecer todo el cariño. Esa misma noche cogi un avion hacia California para ir a un retiro de silencio, en el que comencé este nuevo ciclo en mi vida. Así que casi con dos meses de retraso y, como dice mi amigo Mele, desde el club de los Gran Reserva… Muchas gracias por las felicitaciones. Yo voy a seguir celebrándolo durante todo el año.

2017 ha sido un año de intensidad. El mundo parece atacado de una locura imparable. La Tierra se rebela, grita, llora, arde, se convulsiona. ¿Qué le estamos haciendo? No podemos no escuchar a la Pachamama por más tiempo.  Hemos perdido el control de toda una civilización cuyos sistemas sociales, políticos, económicos y culturales están en profunda crisis. El avance tecnológico ocurre a tal velocidad que no da tiempo a ponerse al día. La sensación es a veces escalofriante. No sé si te pasa a tí tambien pero, muchas veces, yo me siento tan pequeña ante tal intensidad y cambio vertiginoso. A la vez, voy aprendiendo a vivir en paz en un mundo tan turbulento. La sensación es parecida a a la de surfear en el mar. Una mezcla de miedo, excitación y placer; de humildad ante el poder de la naturaleza, la grandeza de la vida; de gratitud por formar parte de todo ello.

Dentro de esta vorágine, los seres humanos estamos embarcados en un proceso de transformación mayúsculo, de dimensiones gigantes. Nunca ha habido un tiempo en la historia donde todas las tradiciones esotéricas del mundo hayan puesto sus enseñanzas al servicio de la humanidad. La era de la comunicación hace posible que podamos acceder a aquellas enseñanzas que más resuenan en nuestro corazón. ¡Hay tanta sabiduría al alcance de todos! Pero si queremos crear verdadera transformación esto no es suficiente. Necesitamos de una visión clara y un gran compromiso.  Ahora es el momento y no hay tiempo que perder.

¿Qué es lo que haces cada día para sanar, para crecer?

¿Qué pasos puedes dar para crear la vida que quieres vivir y el mundo que quieres ver?

En este ultimo día del año  te invito a dedicar un tiempo ritual para reflexionar sobre lo que ha sido este año para tí; los éxitos y los fracasos; los momentos de felicidad y los momentos difíciles. Y tambien a crear intenciones claras para ver transformaciones reales en el 2018, en tu vida y tambien en el mundo. Si quieres un ejemplo de ritual que puedes seguir puedes encontrarlo en un blog de hace unos años AQUI

Me despido con el deseo de que podamos vivir todo desde el amor. El amor a tí mismo. El amor a los seres que te rodean. El amor a lo que haces. El amor a la Pachamama. Y desde ahí manifestar nuestros sueños con trabajo, dedicación e ilusión. Yo iré compartiendo los míos contigo. Ya en el 2018.

¡Feliz Año Nuevo!

 

El poder de TUS palabras

El poder de TUS palabras

El Sol está en Géminis, uno de los signos de aire que gobierna las palabras y la comunicación. Géminis está tambien relacionado con el arquetipo de la musa y todas las formas en que la inspiración llega a nuestras vidas y en las que conectamos con el río abundante de la creatividad. Pero hoy me quiero enfocar en la comunicación, otro rio caudaloso en estos tiempos.

En el reciente encuentro de Anusara yoga, Samavesha 2017, ha sido fascinante disfrutar de la diversidad de voces y de todas las formas diferentes en que las enseñanzas se viven y se expresan. Compartir en comunidad es muy hermoso, y al mismo tiempo, soy totalmente consciente de que unos de nuestros retos más grandes son la comunidad y la comunicación. Que dificil es tantas veces expresar tu verdad.  Escuchar la verdad de otros. Entender y ser entendido. Todo un reto.  Por si fuera poco, vivimos en el tiempo de la comunidad global. La comunidad de las redes sociales. Es un tema que me intriga y he estado contemplando las dinámicas de comunicación en este territorio y cómo, en mi parecer, reflejan y magnifican muy claramente lo que podríamos llamar “la sombra de la comunicación”.

Las palabras son poderosas. En yoga existe el concepto de Matrika Shakti. Literalmente “el poder de las letras”. A las letras, en el alfabeto sánscrito se les llama Matrikas, pequeñas madres, porque dan luz a las palabras, que a su vez, dan origen a la expression verbal o escrita.

Las palabras están cargadas de Shakti, energía generadora. Seamos o no conscientes de ello.  Sirven para enseñar y para aprender. Para inspirar a otros. Para tocar corazones. Para animar y llenar de poder. Para deleitar. Pero tambien pueden servir para herir. Para hacer de menos. Para controlar. Para manipular la verdad. Para engañar. Para traicionar un secreto. Para hundir a una persona

Hace años, la mayoría de la información que se compartía era contrastada y verificada. No era muy normal que comunicaciones privadas se hicieran públicas. En el mundo de la comunicación virtual, es fácil decir lo que quieras de quien quieras cuando quieras. Incluso compartir conversaciones privadas que de un modo u otro quedan siempre registradas. Tenemos acceso a miles de personas y podemos hacerlo sentados solos frente a un ordenador. O en un tren mirando la pantalla del iPhone. Las redes sociales nos ponen a todos en un espacio de gran vulnerabilidad. Dicen que si una mentira se dice varias veces se transforma en verdad. Alguien publica algo en Internet y de repente un montón de personas que salen de no se sabe donde lo “comparten”.  Y además añaden su opinion, sin ningun tipo de contemplación, muchas veces sin conocer en profundidad los hechos o intenciones detrás de ellos. Si, es como en los “reality shows” solo que no te pagan para que te hagan pedazos.

El modo en que nos comunicamos dice mucho sobre nosotros. In Psicología se habla sobre la sombra: todas las partes de uno mismo que están oculas, inatendidas, pero que por eso mismo, controlan el espectáculo de nuestras vidas. Nuestras reacciones inconscientes se originan allí y tambien lo hacen nuestra forma de hablar y comunicarnos  cuando viene desde un lugar de reacción. Nuestras opiniones muchas veces surgen como disparadas desde lo profundo de nuestra propia sombra. 

 

Esa mayor exposición y alcance de nuestra palabras, es una gran llamada a ser consciente del poder y la energía que contiene. Te invito a que tomes un tiempo para contemplar las siguientes preguntas: 

  • ¿Eres consciente de tus patrones de comunicación?  

 

  • ¿Te comunicas desde la reactividad? 

 

 

 

  • ¿Estarías dispuesto a observar esos patrones y a intentar cambiar lo que no sirve? 
  • ¿Te gustaría comunicarte desde el corazón y siempre pensando primero en el bien mayor? 

Las enseñanzas de la psicología, del yoga y de otras tradiciones orientales, pueden iluminar este tema y ayudarnos a culitvar formas de comunicación más sanas.  De hecho podemos hacer de nuestra comunicación una práctica de yoga. ¡Y es una práctica diaria! No voy a decir que sea fácil pero hay algunos pasos simples que podemos seguir. 

  1. Un aspecto crucial es el trabajo con la sombra. Una forma de observarla es ver cuales son los comportamientos y comentarios que te disparan, que te hacen perder el control.  No necesariamente de una forma externa, pero si que te hacen sentir muy incómodo o agitado.  Pregúntate por qué algo te hace sentir tan molesto sin poner la causa en la persona, acción o comentario, sinó en tí mismo. De esta forma traemos a la luz experiencias pasadas o patrones inconscientes y los hacemos visibles, para que dejen de controlarnos desde su escondite. Cuando los conoces, notas cuando aparecen y ya no hay reactividad.
  2. Toma tiempo cada día para volver la atención hacia adentro. Nada nuevo bajo el sol aquí. Las práctica de meditación, de contemplación. Hace unos días estudiaba los Shiva Sutras con Carlos Pomeda. Su enseñanza principal es que los seres humanos nos perdemos constantemente en la extroversión de nuestras vidas y eso produce falta de claridad y sufrimiento. EL antídoto: dedicarnos un tiempo para traer la atención más cerca del Ser. Si nos establecemos en ese lugar, y aprendemos tambien a comunicarnos desde ahí, la comunicación ocurre, no desde la reactividad, sino desde la compassion. Poco a poco, el movimiento exterior nos afecta a un nivel menos profundo, por ejemplo lo que digan los demás … aunque hablen sobre nosotros.
  3. Las Cuatro Puertas del Habla. Si todo esto te resulta aún un poco abstracto, hay una practica muy concreta que puedes comenzar a utilizar en tu próxima conversación.  

 

PRÁCTICA: Las Cuatro Puertas del Habla

Estas práctica, de origen sufí, se alinea también con las enseñanzas Budistas sobre comunicación. Sólo deberíamos comunicar aquello que pueda pasar con un SI por las siguientes «puertas»:

  • ¿Es verdadero?

  • ¿Es necesario? ¿Es el momento apropiado?

  • ¿Es para el bien mayor?

  • ¿Es la forma más amable de decirlo? 

Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es NO, deberías encontrar otro momento, otra forma o quizá no decirlo.

 

 

Espero tus comentarios sobre este tema que me resulta tan interesante, y sobre el efecto de estas prácticas en tu comunicación con los demás.

Conecta con tu interior y expresa tu verdad sin miedo, desde el corazón.

 

NAMASTE

Guerreros, pavos reales y transmutación

Guerreros, pavos reales y transmutación

Estamos en el mes de Aries que representa el arquetipo del guerrero y de la guerrera. Es la energía ardiente capaz de iniciar, de crear movimiento a través de la inercia, de luchar contra la injusticia. Energía iniciadora de transformación. Y aunque estamos a punto de transitar hacia Tauro, aún llego a tiempo de contar una historia que siempre me ha inspirado.  Es una historia de guerreros, de pavos reales y de transmutación. Y me parece aún más apropiada hoy, al leer las noticias terribles de las guerras en nombre del poder mal enfocado y del control. Hay una necesidad imperiosa de que, como yogis, nos comprometamos aún más con nuestras prácticas, en la esterilla y fuera de ella;  de que conectemos con la valentía para luchar en nuestras batallas, tanto externas, en forma de fiel compromiso con nuestros valores, como internas. Las batallas internas de sanación profunda; las batallas internas por una vida en la que triunfa el amor.

Érase una vez, un demonio con mil ojos llamado Tarakasura. A través de sus austeridades, obtuvo la bendición por parte del dios creador Brahmma, de que solo podría morir a manos de un hijo de Shiva. Shiva era bien conocido por su asceticism feroz. Después de la trágica muerte de su amada Sati, que se inmoló en el fuego ceremonial organizado por su padre al sentirse deshonrada por él (por su padre), nadie apostaba por una nueva boda. Taraka lo sabía y se sentía poderoso e indestructible, aterrorizando los tres mundos, incluido el Cielo de los Dioses.

Los Dioses invocaron fervientemente a la Maha Devi (la Shakti, el Gran Poder Femenino) con rituals, oraciones, mantras y ceremonias, para que se encarnara como una Diosa con el objetivo de ganar de nuevo el corazón de Shiva. Se encarnó como Parvati, la hija de la montaña y, depues de una larga historia, que algunos me habeis oído contar muchas veces, se casó con Shiva.

Los Dioses están contentos. Ahora Shiva puede tener un hijo. Pero los encuentros amorosos entre Shiva y Shakti son tan intensos y la semilla de su amor tan ardiente que nadie puede contenerla. Ni siquiera Parvati, que le da esta semilla a su hermana Svaha, esposa de Agni, Dios del Fuego. Incluso a pesar de su naturaleza de fuego y calor,  tampoco puede aguantarla por mucho tiempo. La coloca en las aguas heladas de la Diosa Ganga. Esta a su vez se la pasa a la Diosa del Bosque Aranyani, que planta la semilla en el suelo fértil del bosque.  Y así, contagiado de todas estas energías, que simbolizan los diferentes caminos de transformación del yoga, nace un hermoso niño con seis cabezas. Vishnu les pide a las Diosas de las estrellas, las Krittika, que amamanten al niño, que toma así seis formas independientes. Cuando su madre, Parvati, viene a por él, con un abrazo,  funde a las seis criaturas en una sola de nuevo.

Su nombre es Kartikeya, conocido también como Skanda o Murugan. Se convierte en el Señor de la Guerra y en el mejor guerrero  porque ese era su dharma. En el Skanda Purana se le describe como valiente e inteligente, un gran devoto de Shiva, su padre, y con el carisma de un líder, que guiará a Dioses y humanos en la batalla para vencer a Taraka, que con sus 1000 ojos representa las miles de formas en que distorsionamos la realidad de lo que somos en esencia, de lo que nos ocurre, de nuestra experiencia.

Cuando, despues de una larga batalla, finalmente aniquila tan horrible bestia, pensó, «¿cómo puedo crear algo hermoso de este desastre?».  Y así fue que transformó los mil ojos de Taraka en las plumas del pavo real. Y lo tomó como su vahana, su vehículo de Consciencia, como un símbolo de transmutación, de lo que es possible hacer con la más fea de nuestras experiencias.

Hay una historia similar en la Mitología griega en al que la Diosa Hera crea el pavo real desde Argus, un gigante de cien ojos. Desde entonces la cola del pavo real simboliza “los ojos de las estrellas” y la sabiduría de la visión.

Una forma tan bonita de expresar la sabiduría ancestral. El poder del yogi, el que surge de la union sagrada de Shiva y Shakti, de tu Ser interior y tus acciones externas, es el poder de transmutar las experiencias en algo hermoso;  el permitir que la creatividad fluya desde tu campo de batalla interior; el poder de transformar la tristeza en esperanza, la ira en aceptación, el miedo en amor, las limitaciones en sabiduría.

A mí esta historia me ha inspirado en muchos momentos a crear, a cantar, a pintar… o a escribir.  Y tú?  ¿En qué transformas tus demonios?

¿Donde estás llamado en este momento a iniciar la lucha?

¿De qué formas eres un líder en tu comunidad? ¿Si aún no lo eres, dónde sientes la llamada a serlo en servicio a los demás?

¿Cómo  transformas los restos de tus batallas interiores en belleza y la sabiduría? 

Transformando el veneno en néctar

Transformando el veneno en néctar

¿Hay una práctica yógica más transformadora que el mantra?  Mantra es un instrumento energético que trabaja en los lugares sutiles de tu ser. Es el poder de la Shakti, la energía creativa del Universo, su vibración, creando formas sónicas en tu interior, disolviendo limitaciones, haciendo nacer nuevas estructuras, transmutando el puro centro de tu ser a todos los niveles desde lo físico hasta lo más sutil y espiritual.

En India, la noche de Mahashivaratri es tiempo de ayuno, de meditación, de cantos. Es un tiempo dedicado completamente a la Consciencia en su forma sin forma como Shiva, La Realidad Última. Es noche de mantras. Dicen que, los efectos de la repetición del mantra Om Namah Shivaya, de disolver obstáculos, de limpiar patrones kármicos, de manifestar tus deseos más profundos del corazón, de expandir la conciencia, de recordar nuestra naturaleza esencial de presencia y dicha, se multiplican por mil. Se considera que, en este momento del año, hay una energía especial que propicia la conexión espiritual y para sintonizar con esa corriente de energía hay que estar despierto, con la columna vertebral erguida,. Acercándonos a una de las noches más mágicas y poderosas del año, verdaderamente una noche de transmutación, me gustaría invitarte a que, aunque no observes una noche entera de vigilia, tomes un tiempo para tí, para ir hacia adentro y repetir el Maha mantra.

Es interesante que ésta que es, probablemente, la fiesta espiritual más importante en India, sea una celebración de la oscuridad, justo la noche antes de que la luna desaparezca completamente. No es extraño si pensamos que Shiva, como figura mitológica, siempre abraza lo oscuro, lo apartado, lo marginal, enseñándonos que todo aquello que Jung llamaría «la sombra» son lugares de nuestro ser donde encontramos nuestro verdadero poder. Siempre que sepamos como hacer la transformación, claro. En la hermosa y extensa historia mitológica en la que los Devas (los Dioses) junto a los Asuras (los demonios) tienen que revolver el Océano de Leche, una metáfora de la práctica de yoga, y después de que el Océano de Leche les ofrezca múltiples regalos como brillantes piedras preciosas y tesoros varios, hay un momento en el que, desde el fondo del Océano, emerge el veneno más tóxico que existe.

Tras unos primeros momentos de pánico, al darse cuenta de que toda la vida en el Universo podría desaparecer, todos de acuerdo, deciden llamar a Shiva. Él aparece calmado y centrado como siempre. Coge el veneno, se lo traga y lo recoge en su garganta. Ni se siente intimidado ni permite que la toxicidad entre profundamente en su cuerpo. Lo sujeta en la garganta que se vuelve de color azul. De ahí le viene el nombre de Nilakantha «el de la garganta azul», el mismo color del Visudhi chakra. El chakra del habla, del lenguaje, de la comunicación. El puente entre la mente y el corazón. El lugar de la vibración, del sonido. El lugar del mantra.

Una gran enseñanza Tántrica la de esta historia. Shiva no rechaza el veneno, ni lo oculta en algun lugar lejano,  sino que lo transforma en el poder sónico del mantra, en vibración, en pulsación.  Toma del veneno su esencia, que no es otra que la suya propia y lo transmuta en energía.

Cualquiera que sea el veneno en tu vida en este momento (y estoy segura que no es uno sólo y algunos de ellos pueden ser verdaderamente tóxicos), tómalo, acéptalo, abrázalo y durante esta noche mágica repite el mantra.

Puedes recitar el mantra en alto. Puedes repetirlo internamente sintiendo el sonido silenciado vibrando en tu interior. Puedes cantarlo.  En soledad o en compañía. De cualquier forma permite que el mantra y tu corazón se fundan en uno. Siente su poder senador multiplicado por mil durante Maha Shivaratri. Y sobre todo, como instruye mi maestra Sally Kempton, repítelo con la convicción de que «el mantra no es otra cosa que la Suprema Consciencia que impregna el Universo y no es otra cosa que tu propio ser». Como el veneno. Veneno que con el remover (la repetición del mantra) del Oceáno de leche (tu corazón) se irá  poco a poco transformando en néctar.

La alquimia de la creatividad

La alquimia de la creatividad

Mientras me preparo para la Formación de Profesores de Anusara yoga en Marruecos, un curso que por múltiples razones es muy especial para mí y que comienza mañana, invoco la energía de uno de mis arquetipos más queridos y cercanos: la Diosa Saraswati, el poder entre otras cosas del lenguaje y de la comunicación. También la sagrada energía del mantra. Y, justo en estos días en que se acaba de celebrar Saraswati puja, y conectando con mi tema de este año Transmutación, quiero escribir sobre la creatividad, sobre la inspiración, sobre el arte y todas las formas en que los seres humanos nos expresamos creativamente para transformar nuestra experiencia.

Saraswati es la Diosa del lenguaje, de la expresión artística en todas sus formas, de los maestros, de los estudiantes, del refinamiento. A lo largo de mis años como yogini he mantenido una estrecha relación con ella. De hecho, esta relación ha existido durante toda mi vida, ya que siempre he sido una empollona, pero en mis épocas pre-yoga no sabía que los apasionados del estudio canalizamos la energía de esta bella deidad hindú. Cosas del destino, que a pesar de que Kali, Durga o Laksmi me han tenido muy ocupada, es ella la que ocupa el lugar más privilegiado en mi altar. Entre 2003 y 2004 pasé casi un año entero en India. Aparte de otras muchas cosas, uno de mis objetivos era encontrar un murti (una representación física normalmente en metal, piedra o madera de una deidad). Lo quería grande, de exquisita terminación y preferentemente de Shiva Nataraja. Shiva en la forma del Señor de la Danza, es otro arquetipo muy significativo en mi vida espiritual a través de varios linajes. No sólo eso, sinó que una de mis visitas a su templo en Chidambaran, dedicado al elemento del espacio o akasha y con un nombre tan sugerente como «Envuelto o arropado en Consciencia»  literalmente me salvó la vida. (Aquí hay otra historia que escribiré algún día pero por ahora seguimos con el murti). Fué allí donde encontré el Nataraja de mis sueños pero por alguna extraña razón, de esas que sólo ocurren en India, no era posible mandarlo a España desde allí. Nunca llegué a saber realmente por qué.

Viajé a través de India durante meses y sólo el último mes, en la ciudad de Pushkar en Rajhastan, encontré una tienda que era más bien la cueva de los tesoros, llena de preciosas esculturas, cargadas de energía. Allí estaba el Nataraja más hermoso que había visto en mi vida. Lo reservé feliz y volví a por él una semana después de un mágico viaje por el desierto. Al entrar de nuevo en la tienda sentí una presencia intensa, intensísima, a mi derecha. Tan intensa que me volví a mirar. Y allí estaba ella. Hermosa, radiante, llena de Shakti. No podía apartar mis ojos de esa figura. Era Saraswati, claro. Tuve que elegir porque no tenía dinero para los dos mutis y fue ella la que viajó a España.

Despues de ese viaje a India me fuí a vivir a Barcelona donde empecé a dar clases de yoga. Era mi regreso a España después de  casi 8 años de ausencia. Mii primera clase de yoga fue el 5 de febrero de 2005, el día que se celebraba Saraswati puja. Desde entonces lo celebro cada año. También siento que cada vez que doy una clase es ella que se expresa a través de mí.

Volviendo a la transmutación, Saraswati evoca la energía de la musa. Es la inspiración pura. Es la energía creativa del Universo y todas las formas hermosas en que se manifiesta a través de nosotros. Saraswati representa las capacidades humanas de crear belleza.  Muy diferente de casi todas las demás diosas del panteón hindú que están muy conectadas con la naturaleza, ella representa el refinamiento del lenguaje, todo lo que nos hace plenamente humanos, la capacidad de pensamiento abstracto, la posibilidad de evocar sentimientos a través de la poesía, de tocar el corazón a través de la música.

Además de refinada, esa energía creativa, generadora de belleza, a través de las palabras, de los sonidos. de los colores, de las imágenes, es profundamente transformadora. En un curso de escritura de mi amiga Susanna Harwood-Rubin, contemplábamos cuales eran las rasas (sentimientos, sabores de la existencia) desde las que escribíamos con más frecuencia. Observé que a mí me gusta escribir desde experiencias de éxtasis y conexión profunda, pero también muchas veces desde la tristeza, el dolor, y a veces desde la ira y la frustración. Inspirarme en experiencias que son difíciles y transformarlas en palabras, encontrar la conexión de lo que siento, de lo que me pasa con historias, con enseñanzas, es un proceso alquímico en el que los sentimientos se transmutan, y las experiencias cobran nuevo sentido. El poder alquímico del arte existe tanto para el artista como para los que disfrutan de la obra de arte. Por ejemplo el Guernica de Picasso. A través de la inspiración y de su maestría, fue capaz de transformar una experiencia horrenda, en una obra de arte, llena de símbolos y también de sentimientos, que nos hace vivir los horrores de la guerra, pero nos recuerda a la vez la capacidad del ser humano de crear belleza a partir de cualquier situación.

Este año siento a Saraswati muy presente. Escribir, crear, como una forma de transformar; nuevos proyectos creativos que surgen en mi interior como burbujas y que deseo de corazón tener la constancia y el buen hacer para que lleguen a nacer. Y entre tanto me ha dado por pintar plumas, como para transformar la pesadez del mundo en ligereza.

¿Qué sensaciones o experiencias despiertan tu creatividad?

¿Hay alguna experiencia en este momento que te gustaría transformar a través de la  expresión artística?

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