por Susana García Blanco | Dic 30, 2014 | General, Yoga
El 2014 nos dice adiós. Uno de los años más intensos de mi vida. El 31 de diciembre es día de cambio de ciclo y quiero compartir con vosotros un ritual de cierre y renovación, inspirado (entre otras muchas fuentes) por rituales del Solsticio, mis prácticas de mantra y de la Diosa y mi maestra Sally Kempton (a la que copio literalmente en algunos párrafos). Necesitarás dos papeles (o tu diario), algo para escribir, una vela y una media hora de tu tiempo en el último día del año. Hazlo en soledad o en buena compañía. Puedes añadir al ritual los mantras que te ofrezco o saltarte esa parte si no te sientes conectado de esa manera.
Ritual de cierre y renovación
- Enciende una vela como símbolo de la luz que te guía.
- Escribe en un papel una lista de lo más importante del año: describe los retos a los que te has enfrentado, los logros importantes, los momentos de los que te arrepientes,.. Lee la lista (en bajo o en alto). Ofrécelo todo al Universo, a la Diosa, a lo Divino,…. ¡TODO! Lo positivo y lo negativo. Lo que te ha hecho reír y lo que te ha hecho llorar. Los éxitos y los fracasos. Puedes usar estas palabras o las tuyas propias: «Ofrezco estos pensamientos y acciones a la Gracia. Pido que todo lo que ha sido beneficioso florezca y dé fruto. Que mis errores se disuelvan. Que en el año que entra mi vida sea útil para los demás, que pueda experimentar mi propia libertad. Que pueda dar y recibir amor». Cuando hayas hecho tu ofrenda, quema el papel o rómpelo en trocitos y entiérralo (puedes enterrarlo más tarde). Así ofreces los karmas y acciones del 2014. Al disolverlos, eres libre para comenzar el próximo año.
Ofrece un mantra a la diosa Kali, para que con su energía liberadora disuelva los obstáculos y ataduras, abriendo el camino para lo nuevo.Puedes repetir 9 veces (o 108!) el siguiente mantra. Es un mantra muy potente, que lleva a la vez la energía de disolución y la energía de manifestación. OM AIM HRIM KLIM CHAMUNDAYE VICHE SVAHA
- En otro papel, haz una lista de intenciones para el año 2015. Estamos creando lo que en sánscrito se llama un SANKALPA (una construcción mental que ya se está manifestando en el futuro). En vez de una lista de propósitos (¡que siempre parecen romperse!), haz una lista de las cosas que te gustaría traer a la luz en tu vida. Contempla cuales son las cosas que de verdad disfrutas haciendo en la vida. Que es lo que te deleita. No pongas límites a tus sueños y tus deseos. En palabras de Ghandi, «Sé el cambio que quieres ver en el mundo» Escribe tus intenciones en tiempo presente, como si ya están ocurriendo. Puedes crear intenciones en distintos planos: material, emocional, energético, espiritual,… Sé todo lo concreto y claro que quieras pero es muy importante que estén en positivo y en tiempo presente. (Por ejemplo, «En 2015 no quiero estar enfermo» no sería una buena forma de expresar tu intención. La forma de atraer lo que deseas se acercaría más a «En 2015 tengo un cuerpo fuerte y sano, y energía suficiente para cumplir mi dharma conmigo y con los demás»).
También puedes crear una intención general. La mía, que compartiré en más profundidad al comienzo del año, se inspira en una cita de Joseph Campbell «Sigue tu dicha, sigue lo que te hace feliz» (Follow your Bliss).
- Contempla cómo tus intenciones para el Año Nuevo son buenas para tí y para los demás, para tu comunidad, tu familia, para el mundo. Pide que tus intenciones se llenen con tus deseos de crecimiento, sabiduría, de amor.
Aquí podemos invocar a Saraswati, la energía de la sabiduría, de la intuición, del conocimiento y del lenguaje, para que ilumine nuestras intenciones y el camino hacia su manifestación, repitiendo 9 veces el mantra OM AIM SARASWATIAYE NAMAH
- Ahora imagina que tus intenciones ya se han materializado, ¿cómo te sientes? Cierra los ojos y deja que tu corazón y tu cuerpo se empapen con esas sensaciones.
Es la diosa Laksmi la que trae la energía de manifestación plena. Repite 11 veces uno de sus mantras como OM SRIM HRIM
- Recita esta oración de mi maestra Sally Kempton o usa tus propias palabras de inspiración
«Que sea capaz de hacer el trabajo que necesito hacer en mi camino, sin lucha, sin conflicto. Que la inspiración me llene. Que mis relaciones más íntimas sirvan a la expansión de mi corazón. Que mi vida sea para el beneficio de todos a mi alrededor. Que el amor sea mi estrella polar. ¡Que la Diosa me bendiga a cada paso!»
¡Feliz Año 2015 !
por Susana García Blanco | Dic 16, 2014 | General, Yoga
Hoy comienzo con una historia. Mi corazón rebosa gratitud por los maestros que se han cruzado en mi camino, canalizadores de la Consciencia Mítica en forma de historias fascinantes de las que siempre han cautivado el corazón humano y a través de las cuales se transmiten la enseñanzas más inspiradoras. La tradición hindú y la tradición del yoga están llenas de ellas. Me honra ser parte de esta tradición y no puedo empezar un relato sin el recuerdo de mis maestros. De Sianna Sherman tomo sus comienzos y, esta vez, la historia; del Dr. Douglas Brooks, el recuerdo constante de que somos todos los personajes en ella.
Erase una vez, hace mucho, mucho tiempo… O quizá en este preciso instante, dentro cada corazón… Shiva y su amada Shakti vivían en lo alto del monte Kailash. Su existencia era plena y feliz. Después de todo juntos son Paramshiva, lo Absoluto, el todo, la nada, la Unidad. Shiva, Señor del Yoga, la pura conciencia del Ser, entraba en estados de meditación profundos en los que pasaba miles de años. Esta vez, llevaba demasiado tiempo, y Shakti, ya aburrida e impaciente, decidió jugar. ¿No es esa es su naturaleza: su energía, su fluidez, su movimiento?. Sin hacer ruido se colocó detrás de Shiva y le tapó los ojos. “¿Quien soy?” No se acordó de que cuando los ojos de Shiva se cierran, su tercer ojo se abre. La energía de ese centro energético en Shiva es tan poderosa que en una fracción de segundo, un rayo de energía potente como una bomba nuclear lanzó a Shakti muy lejos de allí. Fuera de control y alejándose de su amado a la velocidad de la luz, sus sentimientos se mezclaban: miedo, confusión, rabia… “¿Qué está pasando? ¿Dónde voy?” Shakti estaba aterrorizada. Hasta que empezó a ver galaxias, estrellas, planetas, cometas….. “Que universo tan bello”, pensó. Y aterrizó en la Tierra.
Sus primeros sentimientos fueron de desconcierto y tristeza, de soledad por la separación de su amado. Unos sentimientos tan comunes entre los que habitamos este planeta. Ese anhelo de algo muy cercano en nuestro corazón que sentimos lejos, que a veces no sabemos ni que es. Pronto empezó a experimentar sensaciones en su cuerpo. Bajo sus pies la tierra mojada. Tomó un poco de barro, y con sus manos moldeó el primer Shiva lingam*. Al tenerlo en sus manos, pensó “Amado mío, estás aquí, conmigo”. Un sonido tintineante le llevó hacia un manantial. Bebió de él, y con sus manos hizo la ofrenda de sus aguas cristalinas al lingam, siendo ésta la primera puja**. También ofreció al lingam el fuego que surgió al frotar dos piedras. El primer fuego ritual. La brisa acariciaba su rostro, “en mi aliento está el aire y a mi amado se lo ofrezco”. Se hizo consciente del espacio que lo contiene todo. Y así fue como Shakti se dio cuenta de que, a través de los cinco elementos, espacio, aire, fuego, agua, tierra, sentía la eterna
Me encanta este mito porque une varios aspectos que son gran parte de mi vida: la Filosofía Tántrica, el yoga, el ritual, la Naturaleza. Algunas de las ideas más significativas del Tantra se reflejan en esa experiencia de la Shakti. Según esta Filosofía, el Universo se describe como una secuencia de 36 categorías de la existencia (tattvas). Estas representan distintos niveles de condensación energética, desde lo más sutil (Shiva-Shakti) a lo más burdo (los cinco elementos de mundo material, siendo el más denso la tierra). Shiva es Suprema Consciencia con la cualidad de conciencia y auto-conocimiento, Cit. Shakti es su energía creativa que pulsa con amor y dicha, Ananda. Esta energía se condensa y se manifiesta en forma del mundo material, incluidos nosotros, nuestra mente, nuestros pensamientos, nuestras emociones. En última instancia, la energía subyacente en todo en el Universo es conciencia y el más puro deleite. Hasta las manifestaciones más densas, la tierra, el agua, el fuego, el aire y el espacio, son posibilidades de experimentar lo Divino, de experimentar Cit y Ananda. Ahí entran el yoga y el ritual. Juntos o por separado. (La propia práctica de yoga puede considerarse en sí misma como un ritual ya que tiene todas sus características, pero eso puede ser el tema para otro día).
Shakti, en el cuento, toma los distintos elementos, y al poner su atención y su intención sobre ellos, los transforma en algo sagrado. Eso es el ritual: tomar objetos, a veces de uso cotidiano, colocarlos en su lugar y momento apropiado. Hacerlos sagrados. Transformarlos en símbolos de poder que nos trasladan en el tiempo de un lugar a otro; un antes y un después. Un ritual puede tener un mecanismo complejo, como ciertas pujas a ciertas deidades, o puede ser tan simple como encender una vela. Pero siempre produce, o al menos ese es su objetivo, un cambio en el entretejido energético en nuestro interior y a nuestro alrededor. De hecho, podemos transformar cualquier acto, cualquier cosa en un ritual, incluso algo tan mundano como salir de compras de los regalos de Navidad, y hacer que se convierta en algo lleno de significado para nosotros.
En nuestra historia, los elementos, no sólo se hacen sagrados por el ritual, sino que además, funcionan como un recuerdo de lo Divino. Y no únicamente por su simbología, sino porque según la tradición Tántrica, todo en el Universo, incluso un grano de arena, vibra con la misma Suprema Consciencia de Shiva-Shakti, de lo más sutil y elevado. Pero el proceso de manifestación, de materialización, de condensación, trae consigo capas de ocultación que nos impiden ver esa energía original. Muchos son los momentos de confusión, de despiste, de olvido de nuestra naturaleza esencial. Este sentimiento de separación trae sufrimiento, pero también la posibilidad de recordar. Y es aquí donde entra el yoga. Yoga, según el Tantra, es el proceso de recordar nuestra verdadera naturaleza. De recordar que nuestra esencia es pura conciencia y bondad auspiciosa. De recordar que nunca estamos separados. Que no podemos estar separados.
Mira a tu alrededor. Respira. Siente la tierra, el agua, el fuego, el aire, el espacio, en lo que te rodea. Siéntelos dentro de tí. Crea tu propio ritual para celebrar el Solsticio, como nuestros ancestros han hecho durante miles de años. O busca un sentido a los símbolos de las fiestas navideñas. Hazlos sagrados. Tu propio ritual. Participa de la naturaleza, de sus ciclos, de los elementos, y te podrás sentir parte del todo. Poco a poco recuerda…
*lingam – figura, normalmente de piedra, mármol o metal, que representa a Shiva como lo Absoluto sin forma. Los templos en India están llenos de Shiva lingams a los que se hace todo tipo de rituales y ofrendas
**puja – ritual en el que se ofrecen mantras, rezos, así como ciertas ofrendas (agua, leche, frutas, miel, flores,…), normalmente a una deidad en particular