Esta foto define en cierto modo varias de mis sensaciones del momento.
Una primavera difusa
inmersos en este panorama futurista, surrealista,
en el que aprendo más y más, a vivir el presente,
con la impresión, como en la foto
de no poder ver mucho más allá del instante cercano.
Es en esos instantes, donde me descubro distinguiendo como nunca los detalles del paisaje que, desde la ventana, me acompañó en mis tardes de estudio en mi adolescencia. Tanto mirar por esa misma ventana, en este, otro tiempo, los colores me ofrecen una riqueza inusitada de matices y el horizonte se llena de detalles exquisitos
Puedo decir lo mismo de mi paisaje interior, con más tiempo para explorar y maravillarme de su exuberante realidad
r e a l i d a d
interesante concepto
Si hablo de la realidad pulsante de luz y plena de posibilidad que habita en mi interior, aquellos siempre listos a enarbolar la bandera tirana de la racionalidad me dirían que que no soy una persona realista. ¿Cómo osar a olvidarme de esa «realidad» densa y extraña en la que hoy todos habitamos?
Hay momentos en que esa realidad me ahoga. Pero debo reconocer que, por ahora, son los menos.
El yoga tiene innumerables, y a veces dispares, enseñanzas sobre la realidad.
Una de ellas es esta lista de cuatro estados de la Conciencia (que el Tantra amplía más tarde):
vigilia
sueños
sueño profundo
«turya» o el estado meditativo
¿Cuál de ellos es más real?
¿Lo que vivo en este momento sentada frente a mi ordenador, sintiendo el fresco de la mañana y viendo una bandada de palomas blancas alzar el vuelo al unísono?
¿El sueño de esta noche en el que estaba en mi casa en Marruecos con una sensación de que algo era diferente?
¿La oscuridad que percibo al cerrar los ojos que tiene su propio permiso de tornarse en cualquier forma o no forma en cada momento?
Estos días, más que nunca, los diferentes estados de mi consciencia se entremezclan danzando entre ellos
… Y lo agradezco.
Lo agradezco porque me recuerdan que la realidad es menos sólida de lo que creo.
Lo agradezco porque me recuerdan que todo es uno.
¿Qué es la realidad?
Sin duda un misterio.
Un misterio que me guía a seguir practicando,
con más amor por las prácticas
y con más amor por la vida.
NAMASTE
…con amor a Shyama