La mujer con prisa… y la menopausia

por | Abr 10, 2022 | General, Lo femenino

La primera vez que escuché el concepto del “síndrome de la mujer con prisa” estaba al borde del burnout o agotamiento. Al oír esas palabras, algo hizo un click en mi interior. Fue un  reconocimiento instantáneo al verme totalmente definida por ellas. Pero, espera…. ¿Cómo podía yo ser una mujer con prisa? Profesora de yoga con más de 20 años de experiencia, totalmente dedicada a mi práctica y con una vida super sana «de libro».

El síndrome de la mujer con prisa” es un término acuñado por la Doctora Libby Weaver. En pocas palabras, la describe como la mujer que vive con una presión intensa de hacerlo todo, de servir a todo el mundo. Nunca hay tiempo suficiente. Su sistema nervioso siempre activado a la vez que está profundamente cansada.  Justo como yo me sentía. Cansada y activada.

Te estarás preguntando: ¿Que pasó? ¿Cómo llegué a esa situación llevando la vida que llevaba?

La respuesta es menopausia.

Tristemente, en estos días, muchas mujeres pueden identificarse con este estado. Y también a los 20 o a los 30. Pero los cambios hormonales que ocurren a partir de los 40, y sus efectos sobre el sistema nervioso, acentúan este síndrome.

Este estado tiene consecuencias muy negativas para nuestra salud: desequilibrios hormonales,  agotamiento de las glándulas suprarrenales que no cesan de producir hormonas del estrés, problemas de tiroides, agotamiento emocional, aumento de peso, pérdida del deseo sexual,…

¿Cuáles son las causas de este patrón de mujeres cansadas y estresadas?

Analicemos varios factores significativos.

  1. Patriarcado. Durante siglos (o incluso milenios) el mundo ha estado organizado por los hombres y para los hombres. Antes del siglo XX pocas mujeres tenían acceso a la vida profesional. Eso tenía sus ventajas, ya que el mundo femenino se organizaba de formas más sostenibles para ellas. El privilegio de acceso a más oportunidades ha tenido un alto precio para las mujeres: la necesidad de adaptarse a un mundo diseñado para los hombres que no respeta nuestra naturaleza cíclica y más sensible. Y con la carga añadida de tener, en muchos casos, que mantener las tareas consideradas tradicionalmente femeninas.

  2. Necesidad de validación. En un mundo masculino, hay una necesidad constante de demostrar nuestras capacidades y nuestra valía. Se nos enseña que para ser mujeres con éxito, tenemos que trabajar duro. Más duro que los hombres. Que el éxito viene a través del esfuerzo y el sufrimiento. Y nos volvemos máquinas de auto-crítica con pensamientos recurrentes como “No soy suficiente”, “Necesito hacer más”, “Tengo que hacerlo mejor”.  Nuestro cuerpo y nuestra mente no pueden sostener esta demanda externa e interna.

  3. Menopausia. Dependiendo de su vitalidad y energía, algunas mujeres pueden mantener ese modo de vida a los 20 y los 30. Al comenzar a disminuir las hormonas sexuales con el principio de la perimenopausia, el cuerpo compensa generando más cortisol (una de las hormonas del estrés). Y comienzas a vivir en la “prisa” del cortisol que te mantiene en continuo estado de alerta, como si estuvieras en peligro. Y comienzan las noches de insomnio… y los días de agotamiento… Estrés, activación y agotamiento… todo a la vez. 

  4. Miedo al rechazo.  Dr Libby Weaver afirma que el síndrome de la mujer con prisa, a nivel emocional, surge de un profundo miedo a ser rechazada. Este miedo al rechazo aumenta también en la mujer en los 40 y los 50, en una sociedad que valora la juventud por encima de todo. (Ya veremos como en el fondo este rechazo no es más que una proyección del rechazo que sentimos hacia el envejecimiento que comenzamos a experimentar en el cuerpo físico)

Si te sientes identificada con lo que estás leyendo, déjame decirte que es posible revertir este estado y vivir la perimenopausia y la menopausia con relajación y vitalidad.

Por supuesto este es un tema complejo y con muchas variables, pero aquí tienes unas pocas ideas para dar unos primeros pasos hacia una vida más relajada y con más vitalidad. 

Son muy simples pero muy efectivas si las pones en práctica.

 

1. Mindset.

¿Y si te dijera que no tienes que demostrar nada a nadie?  Que eres suficiente como eres.

Toma una respiración profunda y repite la siguiente afirmación.

SOY SUFICIENTE como SOY.

Tan extraño como pueda sonarte en este momento, deja que tu cuerpo y tu mente se inunden con la energía de esas palabras.

2. Deja de intentar ser «Super Woman».

No hay necesidad. Y crearás una versión de tí agotada y mucho menos efectiva… y atractiva. 

En vez de eso crea más espacio en tu vida para tu cuidado personal.

Eres mucho más productiva y creativa en un estado de calma que en un estado de estrés.

3. Vivir en Femenino.

Uno de mis lemas. 

Hombres y mujeres somos diferentes. Igualmente hermosos y poderosos. Ambos con energía masculina y femenina. Pero diferentes.

Es hora de reclamar en nuestro entorno formas nuevas que incluyan las necesidades de las mujeres. Y la mejor forma de comenzar es desde nosotras mismas, en nuestra vida cotidiana.

El camino de lo femenino no es empujar sino permitir; no es esfuerzo sino suavidad. Esto puede sonar muy raro en las sociedad del esfuerzo. Pero créeme. Un mundo en el que los deseos llegan a tí porque los permites es tan real como el mundo masculino en el que vivimos y en el que las cosas se consiguen a través del esfuerzo.

4. Respira.

La siguiente técnica de respiración puede cambiar el estado de tu sistema nervioso en unos minutos.

 

MICRO-PRÁCTICA: Respiración en 4 tiempos

por Susana García Blanco

 

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Susana

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