Luna en Acuario – Sol en Leo
Cada Luna Llena, el Sol y la Luna, nuestro ego y nuestro cuerpo emocional, se sientan cara a cara a conversar.
El Sol en Leo nos conecta con nuestra personalidad externa, con como nos mostramos hacia afuera. ¿Permites que TU luz, única, brille en desde tu interior? ¿Te compartes plenamente como si estuvieras bajo los focos de un escenario? La Luna en Acuario, nos conecta con la gran comunidad de la humanidad, del NOSOTROS. Nos lleva a un futuro para el cual necesitamos cambios radicales y nuevas formas de pensar.
Venus en conjunción con el Sol, nos recuerda la dulzura, la búsqueda de la armonía, de la belleza. Nos recuerda la importancia de vivir en relación con el otro. De que nuestra luz es más bella cuando se refleja a través de los demás. Al final, incluso el rey de la selva necesita de los otros para que le adoren y le admiren. Pero, no. No nos vale cualquier relación.
Urano nos hace re-evaluar nuestras relaciones y todo aquello que está super establecido en nuestra vida y que damos por hecho, y nos ofrece formas nuevas de relacionarnos con el otro, formas nuevas de pensamiento que quizá vayan a agitar tu mundo «cómodo». Porque, seamos honestos, no todas las relaciones nos apoyan en nuestro crecimiento y transformación; no todas las relaciones nos permiten brillar en plenitud.
Pluto y Saturno en Capricorn, nos vigilan, recordándonos que estamos en un proceso de transformación profunda, tanto a nivel personal como planetarios, y que la disciplina no es optativa. Es necesaria. Y nos invitan a echar un vistazo en la herencia recibida del inconsciente familiar.
¿Cómo sientes que las interacciones con tu familia han dado forma a tu personalidad?
¿Se te permitía brillar o tu luz era (es) incómoda para tu familia?
¿Te acomodas o te rebelas?
¿De qué formas has defendido tu individualidad, tu visión única de la vida?
¿En qué comunidad(es) sientes que puedes brillar?
¿Cómo cultivar y proteger tu luz crea una diferencia en el mundo a tu alrededor?
Esta Luna Llena te pide hacer las paces contigo mismo, celebrar, soltar tu melena al viento y mirar al mundo desde la montaña de tu propio corazón, diciendo: